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¿Conoces tus derechos como madre o padre?

Ser padres no es una tarea fácil. Es un trabajo a tiempo completo que está lleno de situaciones estresantes que pueden llegar a desbordarnos, a hacernos sentir que estamos en constante batalla con nuestros hijos. También es un trabajo para el que nadie nos prepara, que hay que enfrentar con las herramientas que tenemos y sin ningún tipo de guía, más allá de los ejemplos que hemos tenido de familiares y amigos.

Cuando nos iniciamos en el mundo de la paternidad, es importante no olvidarnos de nosotros mismos. Recordarnos que además de padres somos personas, con nuestras necesidades, gustos, aficiones, emociones y pensamientos.

Por ello, hoy queremos reivindicar una serie de derechos que todo padre y madre tiene y debe poner en marcha. De esta manera, la tarea de educar a los hijos se hará más llevadera y será una parte más de nosotros mismos, no un todo.

 

1. Derecho a equivocarme

Los hijos vienen sin manual de instrucciones, por eso como padres y madres tenemos derecho a meter la pata y no actuar siempre de la mejor manera posible. Esto no quita la responsabilidad de formarnos y de pedir ayuda si fuera necesario, pero siempre entendiendo que somos personas y podemos cometer errores, aprendiendo de ellos para el futuro.

2. Derecho a tener un mal día

Como adultos, vivimos muchas experiencias a lo largo del día. Algunas de ellas pueden ser negativas y llevarnos a tener lo que conocemos como “un mal día”. Si antes podíamos tener estos días, ¿por qué ahora que somos padres ya no se puede? Es importante reconocer cuándo tenemos un mal día para poder gestionar mejor las situaciones que vivamos con nuestros hijos.

3. Derecho a tener tiempo libre para mí (y mi pareja)

Tener tiempo para disfrutar de las aficiones y de la pareja es de vital importancia para mantener el estado de ánimo. Al tener hijos, el tiempo libre se reduce drásticamente, pero debemos intentar sacar ratos a lo largo de la semana para disfrutar, ya sea a solas o en pareja. Además, tener tiempo de calidad en pareja ayuda a que la relación no se resienta y que nos sintamos en sintonía a la hora de enfrentar problemas familiares.

4. Derecho a querer descansar de los hijos

Por mucho que queramos a nuestros hijos, a veces podemos tener la sensación de querer desconectar. Esto no significa que seamos egoístas ni malos padres, sino que somos seres humanos. Los hijos pueden resultar muy exigentes y la tarea de educar muy cansada, por lo que es normal sentir la necesidad de descansar de esta situación. Igual que necesitamos desconectar del trabajo, de la pareja, de los padres, de los amigos… también necesitamos desconectar de los hijos de vez en cuando.

5. Derecho a decir NO sin sentirme culpable

En muchas ocasiones el papel de los padres es clave a la hora de decir “no” a los hijos, ya que ellos están aprendiendo a desenvolverse en la sociedad, donde hay una serie de normas con las que tendrán que lidiar. Decir “no” a los hijos les ayuda a entender dónde están los límites y cuáles son las cosas que pueden y que no pueden hacer. De esta manera, les enseñamos a ser adultos responsables. Esto no significa negar todo a nuestros hijos, pero sí poder utilizar el “no” sin tener miedo.

6. Derecho a hacer cosas que me gustan (no sólo lo que gusta a mis hijos)

Al tener hijos, parece que sólo podemos hacer planes y actividades de ocio que se adapten a lo que ellos quieren o les gusta. Pero lo cierto es que también podemos hacer cosas que nos gustan a nosotros, como personas. Incluso llegar a generar gustos compartidos con nuestros hijos, ya que ellos están construyendo sus propios gustos y parte de esta construcción es aprender a compartir actividades que no les gustan al cien por cien, así como probar cosas nuevas que puedan llevarles a desarrollar nuevas aficiones.

7. Derecho a tener emociones negativas (tristeza, enfado…) y a expresarlas

Cuando nos convertimos en padres, las emociones negativas no desaparecen, sino que siguen estando ahí, incluso pueden aumentar en ciertas situaciones. Es importante permitirnos tener estas emociones para que no se “enquisten” y generen un problema mayor. También es adecuado para la educación emocional de los hijos, que expresemos estas emociones y que tanto ellos como nosotros las tratemos como parte de la vida, y no como algo de lo que avergonzarse. Las emociones negativas señalan que algo no va bien y nos ayudan a gestionar situaciones difíciles.

8. Derecho a tener pensamientos negativos sin que signifique que soy mala madre o mal padre ni que no quiera a mis hijos

Cuando los hijos son muy demandantes o se viven situaciones estresantes relacionadas con ellos, podemos llegar a pensar “Ojalá no hubiera sido madre o padre”, “Como siga así le tiro por la ventana”, etc. Son sólo pensamientos, lo que no significa que vayamos a hacerlo ni que queramos menos a nuestros hijos, sino que estamos cansados de una situación concreta que queremos que se acabe porque nos genera malestar. Por eso surgen estos pensamientos, pero lo importante es cómo actúo y cómo manejo esa situación para conseguir un cambio a largo plazo. Pensar y actuar son dos cosas muy distintas.

 

Si eres padre o madre, te animamos a que pongas en práctica hoy mismo estos derechos. Que seas tolerante contigo mismo, con tus emociones y pensamientos, entendiendo que son fruto de situaciones concretas y que no señalan que seas mejor o peor padre o madre. Y que no te olvides de cuidarte y cuidar a tu pareja, porque aparte de padre o madre, eres persona.


Almudena Sánchez de Pazos Escribano

Psicóloga en Libertia Psicología. Graduada por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y máster en Terapia de Conducta por el Instituto Terapéutico de Madrid (ITEMA). Su labor se desarrolla en el área clínica, con población infanto-juvenil y adulta. Imparte talleres sobre habilidades sociales, inteligencia emocional y técnicas de estudio, entre otros.


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