La influencia de las redes sociales en el desarrollo cognitivo, emocional y social en la infancia y adolescencia

La evolución ha hecho que los seres humanos nazcamos siempre con el cerebro aún en desarrollo. Esto nos permite aprender de quienes nos rodean para formar vínculos esenciales para nuestra supervivencia como especie. Desde pequeños, aprendemos ciertas reglas sociales a través de la observación de nuestro entorno.

Antes de la llegada de los smartphones, existían revistas como la Bravo o la Superpop, nos ayudaban a entender lo que estaba de moda, los cánones de belleza en auge y las bromas más populares de la cultura juvenil. De esta manera, lográbamos comprender las dinámicas de grupo y a navegar la adolescencia con menos incertidumbre.

Hoy en día, esta función se mantiene, pero ha mutado su morfología: ya no son los redactores de revistas, sino los streamers e influencers quienes dictan las normas sociales que los adolescentes adoptan.

Hoy en día, existen numerosas plataformas con una gran influencia sobre los menores de edad. Nos centraremos en tres de las más populares: Instagram, TikTok y Twitch.

TikTok: Algoritmo y la influencia de discursos nocivos

TikTok es una plataforma cuyo algoritmo personaliza el contenido basado en los “me gusta” de los usuarios, mostrando vídeos relacionados exclusivamente con sus preferencias. Los menores de edad tienen acceso casi ilimitado a este contenido, lo que dificulta considerablemente el control sobre los tipos de vídeos que pueden visualizar.

En esta plataforma, encontramos influencers con grandes cantidades de seguidores; uno de los más conocidos, por ejemplo, cuenta con más de 30 millones de seguidores y es conocido por realizar comentarios despectivos hacia las mujeres. Esta misoginia descontrolada tiene un impacto directo en los adolescentes que adoptan este discurso como una norma social a seguir. Es importante recordar que, una vez que un vídeo es visualizado, la página de inicio del usuario se inunda con contenido similar, lo que refuerza constantemente ese mismo mensaje hasta que los menores lo interiorizan como propio.

Instagram: roles de género y perpetuación de estereotipos

A continuación, nos centraremos en otra red social: Instagram. A pesar de que existe un mayor control sobre el contenido que se consume, especialmente en cuanto al tipo de fotos que se publican, sigue siendo complicado regular el tipo de mensaje que se difunde en esta plataforma. Un claro ejemplo, son los usuarios que se presentan como “coach” contando con más de 50 mil seguidores. El contenido publicado está profundamente relacionado con estereotipos acerca de la masculinidad y la perpetuación de los roles de género tradicionales. En varias ocasiones, se ha podido mencionar a la mujer como una extensión del hombre, comparándola con un accesorio de iPhone. Estos comentarios, alimentan bromas con carácter sexistas que, posteriormente se difunden rápidamente entre seguidores y amigos, reforzando estos prejuicios en su comunidad.

Twitch: Normalización de comportamientos y discursos nocivos

Twitch es una plataforma de streaming donde los “streamers”, realizan transmisiones en vivo, ya sea jugando videojuegos, conversando sobre temas específicos o participando en retos. De las tres plataformas analizadas, probablemente sea la que más esfuerzo realiza para controlar el contenido, detectando y bloqueando palabras “prohibidas” y suspendiendo temporalmente aquellas cuentas que hagan uso de éstas.

Sin embargo, existen diversas formas de eludir estas restricciones. Entre los streamers más populares en España, con 4 millones de suscriptores cada uno, es común que realicen bromas y comentarios con un tono similar. En particular reaccionan ante chistes racistas o sexistas sin ofrecer contexto ni explicaciones para su audiencia, mayoritariamente joven. Estas conductas de ira y agresividad que muestran son normalizadas por sus espectadores, quienes llegan a transformar estos momentos en “memes” o reacciones que perpetúan el comportamiento.

Estos discursos descontextualizados y carentes de control ofrecen a niños y adolescentes una visión distorsionada del mundo y sociedad. Las figuras que ellos admiran son las que moldean y definen la manera en que deben percibir la realidad. Si no se les proporciona una explicación sobre estos mensajes ni un contexto que les ayude a comprenderlos, los jóvenes de hoy en día enfrentarán mayores dificultades para adaptarse a la vida real. Como sociedad, es nuestra responsabilidad acompañar a niños/as y adolescentes en su transición hacia la adultez, asegurándonos de que puedan desarrollarse cognitivamente y adquirir las habilidades necesarias para razonar, tomar decisiones y actuar de manera autónoma.

El rol de la validación y la autoestima digital

Las plataformas más populares entre adolescentes, como las mencionadas anteriormente, ofrecen una reacción inmediata por parte de sus seguidores a través de los “me gusta” o “comentarios”, pudiendo llegar a desarrollar comparaciones continuas entre usuarios. Esta constante búsqueda de aprobación externa o de intentar sobresalir frente a otro, hace que su valía personal dependa de un número, afectando directamente a la autoestima.

Este sentimiento de inferioridad puede reflejarse en el desarrollo de conductas hostiles, como comentarios de adolescentes hacia otros.

Los adolescentes que se sientan inferiores, pueden reflejar estas emociones a través de conductas hostiles como son los comentarios de odio hacia otros, perpetuando así un ambiente tóxico.

La cultura de la inmediatez

La gratificación instantánea, promovida por el uso de las plataformas digitales, como TikTok o Instagram, han afectado al desarrollo del comportamiento de los adolescentes. Actualmente, hemos perdido la capacidad de esperar, como al leer un libro sin saltar al final o ver una película sin distracciones, lo que incrementa las conductas impulsivas. El deseo de querer obtener todo de forma inmediata incrementa nuestra necesidad de gratificación, lo que lleva a los menores a una baja gestión tanto de la paciencia como de la frustración. Cuando no consiguen lo que desean de forma instantánea. Este déficit puede resultar en el desarrollo de respuestas impulsivas, que están estrechamente relacionadas con conductas con carácter violento en la resolución de conflictos.

Cómo el entorno social y digital contribuye al desarrollo de la agresividad en menores

Es importante señalar que la violencia en menores, no es un comportamiento innato, sino que se desarrolla a partir del entorno familiar, social y digital del que se nutren.

Las dinámicas de poder tanto en los grupos de iguales como en la familia, también tienen un gran impacto en el desarrollo de conductas impropias. Unido a esto, una exposición nociva en exceso a contenido inapropiado y violento a través de los distintos medios digitales o plataformas donde pueden promoverse ideas de odio, acoso o incluso, intimidación, produce una desensibilización a la violencia, lo que facilita la normalización de ésta como una forma aceptable de resolver conflictos.

Por tanto, la falta de supervisión, sobre todo en el ámbito digital, contribuye al desarrollo de estas conductas desadaptativas. Por ello, es importante que a través de la sociedad, y especialmente los profesionales de la salud mental, se intervenga con el fin de mitigar las consecuencias negativas de esta exposición con el fin de promover un desarrollo cognitivo y social adecuado.

Enlaces de interés:


Andrea Fernández Gila

Soy graduada en Psicología y estudiante del máster de Psicología General Sanitaria. Estoy interesada en trabajar con la población infantojuvenil y me considero una amante de la literatura.

Julia Alonso Almorox

Graduada en Psicología, con un máster en Psicología Infanto-juvenil y estudiante del máster en Psicología General Sanitaria. Me gusta escuchar música y salir a correr.


Suscríbete al boletín de noticias